La huerta de Aranjuez: sabor, tradición y sostenibilidad con Arangreens
A orillas del Tajo, donde el agua riega la historia y la tierra huele a fruto maduro, Aranjuez sigue siendo sinónimo de agricultura viva.
Durante siglos, sus vegas fértiles han dado lugar a una huerta excepcional, famosa por la calidad de sus productos, por la venta directa en los tradicionales portalones y por el carácter trabajador de sus gentes.
Hoy, esa misma esencia sigue latiendo en Arangreens, un proyecto que une la huerta clásica de Aranjuez con una nueva forma de cultivar, más sostenible, innovadora y consciente.
Nuestro objetivo es sencillo: mantener el alma de la huerta ribereña, adaptándola al siglo XXI.
Una tierra con historia que sigue dando fruto
El territorio de Aranjuez tiene una vocación agrícola que viene de lejos.
El encuentro de los ríos Tajo y Jarama, su suelo fértil y el clima templado crearon las condiciones ideales para el cultivo de hortalizas y frutales.
Aquí, la tierra no solo alimentaba a la corte de los reyes, sino que marcó el carácter de una comunidad que aprendió a vivir de lo que cultivaba.
Los jardines reales, las acequias y las huertas históricas forman un paisaje único, donde naturaleza y agricultura se entrelazan.
Esa combinación ha convertido a Aranjuez en un referente gastronómico y cultural, reconocido hoy como Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Los productos que hacen única la huerta de Aranjuez
¿Cómo Funciona?
Fresas y fresones
Las fresas de Aranjuez son pequeñas, aromáticas y con un dulzor natural que no se olvida. Su cultivo, introducido en tiempos de los Borbones, sigue siendo una de las imágenes más reconocibles del municipio.
Las plantaciones se extienden junto al río, y durante la primavera los campos se llenan de color y de manos expertas que las recolectan una a una.
El fresón de Aranjuez, más grande y carnoso, comparte esa fama y se ha convertido en uno de los productos estrella del mercado local.
Espárragos verdes
Otro icono ribereño. Los espárragos de Aranjuez —tiernos, finos y con un sabor suave— anuncian la llegada de la primavera.
Durante generaciones, su cultivo ha sido símbolo de orgullo local y una cita esperada en las mesas madrileñas.
Su recolección manual y su frescura inmediata les dan un carácter único.
Hortalizas de temporada
La huerta arancetana ofrece también alcachofas, tomates, acelgas, guisantes, habas, cebollas y pimientos, productos con sabor auténtico y textura de campo.
La clave está en el suelo, en el agua y en el respeto por los ritmos naturales, algo que en Arangreens mantenemos como principio innegociable.
Microgreens: el nuevo brote de la tradición
A esa herencia sumamos innovación.
Los microgreens son el reflejo moderno del espíritu agrícola de Aranjuez: pequeños brotes cargados de sabor, color y nutrientes.
Los cultivamos sin pesticidas, con un control preciso de agua y luz, y con la misma dedicación artesanal que define a toda la huerta ribereña.
Representan el paso siguiente en una historia que empezó hace siglos y que hoy se cultiva en bandejas sostenibles.
La tradición de los portalones
Una imagen que aún se conserva en la memoria colectiva es la de los portalones de las huertas abiertos al público.
Allí, los hortelanos vendían directamente lo que acababan de recoger: cestas de fresas, manojos de espárragos, tomates recién cortados.
No había intermediarios ni etiquetas sofisticadas; solo confianza, cercanía y frescura.
Esa costumbre de comprar “a pie de huerta” simboliza lo mejor de Aranjuez: el contacto directo entre quien cultiva y quien disfruta el fruto.
En Arangreens mantenemos ese espíritu, acercando nuestros productos de forma directa, local y transparente.
Nuestra meta es que cada bandeja, cada caja y cada entrega transmitan el mismo valor: producto fresco, de origen, y con historia.
Cultivar con innovación y respeto
La agricultura moderna tiene nuevos retos: sostenibilidad, eficiencia hídrica, reducción de residuos y consumo responsable.
En Arangreens respondemos con tecnología y conciencia.
Combinamos técnicas tradicionales con cultivos controlados e hidropónicos que reducen el uso de agua, eliminan pesticidas y garantizan la máxima calidad durante todo el año.
Apostamos por una agricultura limpia, circular y local, en la que cada producto sea parte de un ciclo respetuoso con el entorno.
Porque sabemos que cuidar la tierra no es solo una obligación moral, sino la única forma de garantizar su futuro.
Aranjuez, sabor de origen
En Aranjuez todo empieza con la tierra.
El aroma de las fresas, la textura de los espárragos, el color de los tomates… todo tiene el mismo origen: una tradición hortelana que se ha transmitido durante siglos.
Esa tradición sigue viva en cada proyecto que apuesta por el producto local, y Arangreens quiere ser parte activa de ese renacimiento.
Cultivamos con la misma pasión que los hortelanos que abrían sus portalones al amanecer, pero con la mirada puesta en el futuro.
Un futuro donde la tecnología y la sostenibilidad no sustituyen a la tradición, sino que la fortalecen.
Porque en Aranjuez, la historia se cultiva cada día.
Y en Arangreens, esa historia sigue creciendo.